martes, 17 de febrero de 2009

Máxima Velocidad

Se supone que la F1 Power Boat se define como: “La categoría más importante de la motonáutica sudamericana” ¿Qué tal? Sinceramente para mí esto no tiene ninguna relevancia y mucho menos algún atractivo, pero resulta que esta actividad infernal se presentó el pasado fin de semana por ¡¡cuarta vez!! en nuestra costanera paranaense...
Es otra clase de circo, muy alejado al recuerdo de aquellos al que nos llevaban de niñas/os. Para esta ocasión se estilan tres o cuatro carpas pequeñas de color blanco con delgados caños que hacen de precaria estructura los que luego albergarán sillas y mesas plásticas para empresarios de poca monta bronceados, eso sí, con un trago en una mano y sus binoculares en la otra. Las mismas se disponen estratégicamente en el medio de la senda peatonal de la costanera, unos tres días antes del encuentro, por lo que deportistas y paseantes debieron alterar su paso habitual. La estruendosa competencia -previo entrenamiento y clasificación- fue entre 12 embarcaciones, según los entendidos: “Cuentan con una estética novedosa y particular dentro de los deportes náuticos motorizados. Cada embarcación tiene formas estilizadas y aerodinámicas que dan una sensación de velocidad y vértigo, características que se pueden observar y sentir apenas se encienden los motores. Las carrocerías están construidas de PRFV (plástico reforzado y fibra de vidrio) fueron diseñadas y desarrolladas por el astillero Arco Iris...”
Claro que semejante estruendo, promocionado in situ por promotoras-panfletarias rubias y ajustadas, “movió las aguas” encendiendo la voz de algunos ciudadanos activamente comprometidos:
- Este tipo de actividades producen graves daños a la flora y fauna del patrimonio natural de los ciudadanos.
- Esta actividad no resulta compatible con la preservación del río y su entorno.
-Que el impacto del rugir de los motores de alta potencia, emisión de gases y combustibles, contaminan y generan daños severos.
-Que si el evento cuenta con autorización y el correspondiente estudio de impacto ambiental.

Lástima que en nuestro país, generalmente, ganan los malos. Ellos deciden. Ellos aprovechan. Ellos han obtenido sin mucho esfuerzo el carné de “impunidad vitalicia”. Los otros no son escuchados. Los otros son ignorados por los ojos de la avaricia y por las suculentas sumas de dinero.

lunes, 9 de febrero de 2009

"Paraná avanza" ...


Bueno, bueno, bueno, parece que la distribución de la riqueza -es decir la del gobierno provincial- sigue siendo tan poco efectiva y desprolija como desde tiempos inmemoriales.
Hace días, medios locales difundieron que: “Comenzó a construirse la sala alternativa de espectáculos en el Centro Cultural La Vieja Usina”. La misma demandará una inversión de 4.5 millones de pesos. No digo que la cultura no reclame o necesite presupuesto, definitivamente si algo nos salva de los momentos de crisis -a los que nacimos acostumbrados- es la dispersión cultural, pero definitivamente las prioridades son otras. Considero que mientras las escuelas se derrumban, el hospital no tiene camas ni recursos apropiados para atender a pacientes derivados de toda la provincia, las calles se transforman en trampas, los basurales crecen como pan con levadura, entre un montón de cosas más, esto hubiera podido esperar.
Otro agravante, si se puede clasificar como tal, es el emplazamiento de la obra (que sin dudas constituye un edificio muy atractivo): La Vieja Usina como espacio cultural y ¿centro de convenciones? no convoca. He asistido, en mis habituales recorridos por la ciudad, a varias actividades (espectáculos de danza, teatro, muestras, proyecciones) a lo largo de su período de existencia y podría haber contado con los dedos de mis manos a los espectadores. Si pudiéramos averiguarlo, el resultado a las preguntas: ¿Ha asistido a alguna actividad propuesta por este Centro Cultural? ¿Dónde se ubica? sería pobrísima...
No tengo el ¿gusto? de conocer a la directora del lugar en cuestión la misma que declara: “Es responsabilidad del Estado brindar un espacio de calidad para que los excelentes artistas y personas de la cultura de nuestra provincia puedan brindarse a la comunidad entrerriana”. Habría que, en primer lugar, volver a definir qué entiende por la palabra responsabilidad el gobierno provincial y, en segundo, indagar cómo se hará efectivo el uso de tal espacio, sabiendo que las disposiciones de otros como el Teatro Municipal 3 de Febrero, son tan cuestionadas como su director.
Desde aquí apoyamos a todas aquellas iniciativas honestas que posibiliten alternativas concretas para todos los ciudadanos por igual. Ya basta de acomodos, de apellidos, de transas, de gestiones turbias y de usurpación de espacios y recursos que pertenecen al pueblo.