jueves, 31 de marzo de 2011

¿Hombre Lobo Entrerriano?

Según fuertes rumores, una extraña criatura anda rondando zonas aledañas a la ciudad de Paraná.Al parecer este tipo de bestia no identificada no es violenta, se deja ver por segundos y desaparece en el vasto horizonte. Según recientes descripciones se trata de una figura imponente y fortachona que corre velozmente a la vera de los caminos. Sus ropas estarían gravemente rasgadas, harapos que dejarían ver una cantidad excesiva y oscura de pelo cubriendo toda su figura. Su velocidad y su fuerza han llamado la atención de los testigos que quedan aterrados por semejante imagen extraordinaria.
Nos preguntamos por qué ahora, es decir, por qué este “hombre lobo entrerriano” aparece, de dónde proviene, por cuánto tiempo más hará estas misteriosas apariciones o cuál será su propósito. Una hipótesis ensaya una explicación que se relaciona directamente con el fenómeno de la “Súper Luna” ¿lo recuerdan? Salió publicado en medios locales y fue realmente impresionante: “La última vez que se vio tan grande fue en 1993. La Luna fue vista el sábado 19 de un tamaño gigante, y con una belleza que, según los expertos, será única.” Este maravilloso fenómeno tuvo como consecuencia otro de características terroríficas.
Hay declaraciones variadas al respecto: “Cuando salí de trabajar iba con la moto y llegando a Colonia Ensayo puse la luz alta. Vi que algo salió corriendo muy rápido de los yuyos hacia la ruta”, contó Enrique, “creí que me iba a atropellar. Habrá tenido dos metros, la cabeza grande y alargada, tipo lobo. Era negro entero, alto y peludo. Fui a mi casa, avisé a mis padres y a la Policía, pero no encontramos nada, sólo una entrada en los pastizales”, dijo el joven y continuó: “No le aconsejo a nadie que lo vea. No me explico qué era. Corría rapidísimo”.
Otro vecino relató que “hace un mes, estaba sentado en una noche de lluvia en un galponcito y sintió un aullido que sonaba muy raro. Entonces se asomó, alumbraron y vieron como un mono, con patas muy largas y bracitos cortos que salió corriendo.”
A la madrugada, de esa noche gente de Aldea Brasilera también asegura que lo vio y lo describe de la misma manera. A las dos semanas se comenta que en Hernández un señor lo vio y en los últimos días se lo ha visto varias veces. La semana pasada la Policía lo estuvo corriendo y se escabulló en el arroyo”. Y enseguida recalcó: “No se mete a hacer daño. Estamos en una zona rural y no ha faltado ni una gallina”.
Será cuestión de creer o reventar si me preguntan a mí me encantaría toparme con la última versión cinematográfica encarnada por Benicio del Toro ¿Andará él por estos pagos? ¡Ojalá!

viernes, 18 de marzo de 2011

Eusebio y la farola asesina

Eusebio nunca hubiera podido imaginar el desenlace de su mañana. Aquella en la que luego de desayunar y leer el matutino local, se dirigía al centro de la ciudad de Paraná. Un lindo comienzo, fresco y soleado ideal para dejar -por fin- un rato el auto en paz. Fue así que se dispuso a caminar.
Mala fortuna la de Eusebio, de 52 años. Sorpresivo fue el hecho, por suerte y a pesar de su mala suerte, no fue letal. Hubiera sido una muerte absurda, pero recordada, de esas que quedan flotando por ¿estúpidas? por evitables. Fueron lesiones leves pero con politraumatismo.
Un -otro- insólito accidente.
Eusebio recorría entonces calle Santiago del Estero, cuando a metros de llegar a Alameda de la Federación, sucedió lo que luego sería noticia, lo que luego leeríamos en los sitios digitales de por acá, y lo que se tituló así, literalmente:
“Iba caminando y se le cayó encima una farola de iluminación.”
El pobre hombre, el desafortunado transeúnte, al que se le vino de frente una farola que estaba averiada y sostenida de manera precaria, fue trasladado al Hospital San Martín desde donde se pudo saber que las heridas no revestían gravedad.
¿Saldrá a caminar Eusebio nuevamente?
Desde el municipio han lanzado un nuevo desafío, nada de arreglos ni de mejoras: caminatas con obstáculos “Si llegás a destino con vida es un milagro” para lo que se aconseja caminar con suma concentración mirando para arriba, para abajo y para los costados ¿se animan?

viernes, 11 de marzo de 2011

El arroyo olvidado

Volvimos de las vacaciones para quedarnos pero… la verdad es que las expectativas de encontrar una ciudad un poquitito mejor no se han visto cumplidas. Los problemas de siempre, los inconvenientes que debemos enfrentar a diario como ciudadanos siguen siendo numerosos.En este sentido seguiremos ocupándonos de ellos desde esta columna y les daremos voz y voto a todas las personas comprometidas con su hábitat y que quieran compartir aquí sus vivencias, experiencias y opiniones. Los reclamos han sido muchos y reiterados pero, como es habitual, las autoridades miran para el otro lado. Se hacen los desentendidos, una habilidad que han ido perfeccionando con el desarrollo de la gestión. ¿No es este un año electoral?El tema del arroyo La Santiagueña ya es un clásico local que no ha sido solucionado y que cada vez se pone peor. Nos referimos particularmente a un pequeño tramo “a cielo abierto” que recorre calle Victoria (entre La Rioja y San Luis) hasta su desembocadura en nuestro río Paraná…

Los feriados posibilitan salir a recorrer la ciudad, salir a mirar más detenidamente y eso fue lo que me sucedió por estos días.El olor nauseabundo fue lo primero y después lo que mis ojos vieron: un paisaje realmente desolador, bordeado de viviendas. Es difícil definir el color del agua entre gris, verde y marrón. El arroyo se ha convertido en un depósito de todo lo que la gente descarta: desde restos de podas hasta todo tipo de trastos viejos, de todo aquello que la gente no usa o no anda, ruedas y autoparte, entre una variedad enorme. El cartel apostado allí de “Sr. vecino sea solidario con su semejante no arroje aquí la basura” yace como un testigo impotente que nadie ve, que nadie respeta.La pintura derramada -escandalosamente- desde la vereda hasta las aguas del arroyo, el charco pastoso blanco y el tacho propiamente dicho resultaron la última actitud miserable más reciente… Pase y vea, deténgase un momento porque ese paisaje también nos pertenece. Eso sí, seguro nunca será parte del repertorio de las postales para turistas que visitan Paraná.