lunes, 14 de septiembre de 2009

Desastres Humanos


Hace unos días, pudimos leer en medios impresos y/o digitales de nuestra ciudad de Paraná que: “Los vecinos de Viale no pudieron salir del asombro por el tamaño y peso de la piedra que recogieron en una plaza, luego que cayera un fuerte temporal sobre la ciudad. El gran pedazo de hielo que se asemeja al tamaño de una pelota de básket, fue pesado por los vecinos que la hallaron y arrojó un total de 4 kilos con 400 gramos”. Al encontrarse con semejante fenómeno, que tiene unos 19 centímetros de alto y cuenta con 22 de ancho, fue alojada inmediatamente en el freezer familiar para luego ser fotografiada.”.
También pudimos leer que: “El tornado en una zona de Misiones arrasó con todo a su paso y no dejó ni un animal vivo. Durante 20 minutos cayeron gotas de granizo que parecían grandes huevos de gallina". Este tipo de eventos meteorológicos ha pasado en otras ocasiones, aunque no con esta magnitud, y se debe en gran parte al fenómeno del Niño, como se conoce a un síndrome climático erráticamente cíclico”.
Llamativos fenómenos que dilatan pero no distraen los lamentos de la tierra. Aunque no queramos escucharlos. Ella sabe esperar pacientemente y nos ha dado numerosas oportunidades de resarcir nuestros congénitos errores humanos, todas o casi todas ignoradas. Así la maltratamos como a nosotros mismos y entre nosotros mismos. Las consecuencias y la proyección de las mismas nos alarman y hacemos como que nos toman por sorpresa, pues veamos una pequeña enumeración:
- Contaminación de las aguas (arroyos, ríos, océanos)
- Basura de todos los tipos, basura y más basura.
- Deforestación de millones de hectáreas, depredación de flora y fauna.
- Gases tóxicos, petróleo, aire toxico, humos tóxicos, ambiente intoxicado
- Enfermedades derivadas de productos químicos, agroquímicos.
- Cambios climáticos notablemente alterados.
- Estados alterados, muerte por estrés y sus derivados.
- La tierra ofrece y sin embargo millones y millones de personas mueren de hambre todos los días alrededor del mundo.
Después dicen que los desastres son naturales....

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Des-Cuidados...

Sumado al deterioro de las relaciones humanas, graficado día a día con una violencia que se incrementa y preocupa, y de las condiciones aptas para una vida digna, también hallamos estas huellas en los edificios, monumentos y obras culturales que integran el paisaje urbano de nuestra ciudad de Paraná. Espacios públicos olvidados y regalados sin obstáculos legales que se encuentran degradados, podemos visitar la zona del puerto, por ejemplo, o la zona del mercado central (temas que ocupan habitualmente esta columna) o también -y muy lamentablemente- los edificios que ocupan escuelas de larga trayectoria en nuestra ciudad. Allí, personal docente y no docente sumados los alumnos deben sortear día a día problemas graves y, por qué no, también agudos como baños anegados, paredes electrificadas y caída de mampostería. Parece que ya nada nos representa, que ya nada nos interpela como ciudadanos, que interesa más depredar que preservar...
Dentro de este panorama, o mejor dicho, para completar una imagen que también compone nuestro paisaje cotidiano, podemos advertir los desmanes y destrozos en las fuentes de las plazas, monumentos históricos, garitas de colectivos, cabinas de teléfonos, cestos de basura, bancos de plazas, relojes de la peatonal y hasta el trunco proyecto de los sitios habilitados para separar la basura. Vienen a mi memoria también esculturas talladas ocupando parte de los durmientes del puerto que no tuvieron destino quedando abandonadas en un rincón de la ciudad después de tanto trabajo, el yacaré ya sin su cola original en la costanera, el yaguareté al borde del precipicio, obras de artistas plásticos ubicados en la peatonal y espacios públicos cubiertas de papeles y rayones...
Ahora pretenden suspender aquellos espectáculos cuyos afiches perjudiquen a los mencionados destinos... ¿Será ésta una solución posible? En el marco de un sistema económico que excluye y expulsa a la mayoría, en donde la canasta básica supera los límites económicos posibles de tantos, esto quizás suene banal. Mientras tanto, una parte de la ciudad se derrumba o se deja derrumbar...