lunes, 29 de diciembre de 2008

Humanos vs Máquinas de Transporte


Caminar por las calles de Paraná se ha convertido en una aventura. Desde hace tiempo, ser peatón es sinónimo de estar condenado a leyes impuestas por autos, colectivos y ni hablar de las motos y sus peripecias. ¿Se estará filmando La ley de la calle 2 en Paraná y no nos enteramos? Existe una batalla campal: humanos vs. máquinas, sin dudas desigual. Las posibilidades que quedan a los transeúntes son escasas, sino una: adecuarnos a su ritmo frenético, a sortear los obstáculos que nos proponen (todo un arte):
- Respirar lo que exhalan: polución.
-Salir 15 o 30 minutos antes de casa para emplear ese tiempo en cruzar las calles y llegar a horario a destino, si es que salimos victoriosos.
-¿La senda peatonal alguna vez existió?
-¿Existen lugares donde realmente esté prohibido estacionar?
-Súbase a la aventura de recorrer la ciudad de Paraná pero... no se entusiasme, no para dar un paseo, ¡para evitar a los tarjeteros!
- No circular por las inmediaciones de estaciones de servicio: ya que ante la escasez de combustible, o previo a una suba del mismo, los conductores padecen extraños síntomas: rostros demoníacos, facciones contraídas y enrojecidas, aceleración del ritmo cardiaco, altos niveles de nerviosismo en sangre, estado de alerta por si alguien distraídamente pretende adelantarse. ¡¡Horror!!
-Los semáforos, otro tema, supuestos ordenadores del tránsito han perdido autoridad. ¿O es que tal vez los conductores padezcan de daltonismo?:
El rojo se convierte en verde
El amarillo se convierte en verde
El verde, al menos, es verde.
¿Será contagioso?
Los domingos a la tarde son sagrados, el exhibicionismo también. El ritual requiere gran cantidad de agua, cepillos, productos específicos para lograr el brillo del primer día y para los más detallistas aspiradora y esencias artificiales: es que el interior también es importante. Luego a dar una vuelta por la costanera, bien despacio, para que todos lo vean.
Detrás de las vidrieras, en pequeños pedestales circulares, son exhibidos los últimos modelos. Iluminados estratégicamente desprenden destellos metálicos, los mismos que atraen a las víctimas que los detentan: “Llévese su 0 Km.”
- ¿Viste qué el Carlos cambió el auto?
- ¿Cómo habrá hecho con el sueldo que tiene?
- Y... ese debe andar en algo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo siempre ando a las puteadas porque parece que el paranaense medio no conoce la senda peatonal, a veces les digo: "y yo?.. cruzo por mitad de la calle?"

Y ENCIMA SE ENOJAN!