miércoles, 2 de septiembre de 2009

Des-Cuidados...

Sumado al deterioro de las relaciones humanas, graficado día a día con una violencia que se incrementa y preocupa, y de las condiciones aptas para una vida digna, también hallamos estas huellas en los edificios, monumentos y obras culturales que integran el paisaje urbano de nuestra ciudad de Paraná. Espacios públicos olvidados y regalados sin obstáculos legales que se encuentran degradados, podemos visitar la zona del puerto, por ejemplo, o la zona del mercado central (temas que ocupan habitualmente esta columna) o también -y muy lamentablemente- los edificios que ocupan escuelas de larga trayectoria en nuestra ciudad. Allí, personal docente y no docente sumados los alumnos deben sortear día a día problemas graves y, por qué no, también agudos como baños anegados, paredes electrificadas y caída de mampostería. Parece que ya nada nos representa, que ya nada nos interpela como ciudadanos, que interesa más depredar que preservar...
Dentro de este panorama, o mejor dicho, para completar una imagen que también compone nuestro paisaje cotidiano, podemos advertir los desmanes y destrozos en las fuentes de las plazas, monumentos históricos, garitas de colectivos, cabinas de teléfonos, cestos de basura, bancos de plazas, relojes de la peatonal y hasta el trunco proyecto de los sitios habilitados para separar la basura. Vienen a mi memoria también esculturas talladas ocupando parte de los durmientes del puerto que no tuvieron destino quedando abandonadas en un rincón de la ciudad después de tanto trabajo, el yacaré ya sin su cola original en la costanera, el yaguareté al borde del precipicio, obras de artistas plásticos ubicados en la peatonal y espacios públicos cubiertas de papeles y rayones...
Ahora pretenden suspender aquellos espectáculos cuyos afiches perjudiquen a los mencionados destinos... ¿Será ésta una solución posible? En el marco de un sistema económico que excluye y expulsa a la mayoría, en donde la canasta básica supera los límites económicos posibles de tantos, esto quizás suene banal. Mientras tanto, una parte de la ciudad se derrumba o se deja derrumbar...

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