jueves, 16 de julio de 2009

Pesticidas letales

Continuando con la agenda de temas alternativos a la de la gripe A, supimos -hace pocos días- que continúan los efectos devastadores del glifosato y el endosulfan, dos agrotóxicos muy contaminantes. Según investigaciones del Dr. Gabriel Gianfellice -médico rural de Cerrito localidad ubicada a escasos 50 kilómetros de Paraná- existen casos confirmados de muertes prenatales, embarazos que no llegan a término, casos de cáncer y arroyos sembrados de peces muertos. Según una nota publicada en un sitio digital, “El modelo sojero funciona sobre la base del glifosato pero las denuncias que se han hecho han sido ignoradas. Convivir con estos agrotóxicos altamente contaminantes en la región, constituye un panorama desalentador en el que viven expuestas muchas familias”. A partir de 2000 -¡¡hace casi 10 años!!- comenzó a percibir los efectos adversos con la reproducción, la gestación y la correcta formación de los órganos durante el embarazo y problemas de fertilidad. “Ni hablar de enfermedades respiratorias, que crecieron más de un ciento por ciento. Vivimos fumigados, los avioncitos pasan sobre nuestras cabezas constantemente y los pacientes muestran efectos nocivos. Nos habían dicho que el glifosato era agüita del cerro, hoy día se sabe que nos mintieron”, asegura.
Como suele suceder, los negocios e intereses económicos de “privados adinerados” que incrementan sus fortunas non santas día a día producto de la plantación y cosecha indiscriminada de soja, se privilegian ante la salud de las personas que se ven afectadas directamente por las consecuencias nocivas de estos productos que “matan todo a su paso.” Claro que esto no ocurre solamente en nuestra provincia, la problemática se traslada a la vecina Santa Fe y al resto del país. Por ejemplo: “Maira Castillo vive en Quimilí, pleno monte santiagueño, y tuvo su primera intoxicación aguda a los 4 años. En el hospital local le diagnosticaron envenenamiento con agrotóxicos y la derivaron de urgencia al Garrahan, en Buenos Aires. La vivienda familiar está rodeada de campos con soja, rociados periódicamente con glifosato. El químico le afectó la vista, la piel y el sistema respiratorio.” A pesar de las recomendaciones médicas, de los reclamos de movimientos y organizaciones el nuevo modelo, “el sojero” sigue siendo tan rentable que desoye descaradamente éstos reclamos. Recordemos aquí que sólo una vez la Justicia falló contra el modelo sojero. Campesinos formoseños del poblado Colonia Loma Senés denunciaron en 2003 las fumigaciones con glifosato en la zona. Exhibieron sus plantaciones arruinadas, mostraron certificados médicos que confirmaban síntomas de envenenamiento y fotografías de sus animales muertos. La jueza Silvia Amanda Sevilla ordenó el cese inmediato de las fumigaciones fue la primera vez que se dictó una medida de ese tipo. Desde entonces, la magistrada fue declarada enemiga de las empresas de monocultivos y comenzó un proceso de hostigamiento por parte de pares, superiores y el poder político. En diciembre de 2007 fue echada de su cargo...

(Fuente: infoalternativa.com.ar/home/)

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